martes, 23 de octubre de 2018

POR UN ACUERDO EDUCATIVO FORO CHIAPAS: EQUIDAD E INCLUSIÓN DESDE LAS AULAS.



El aula y la escuela  del siglo XXI ha quedado a deber entorno a la verdadera posibilidad de dar equidad e inclusión hacia los niños y las niñas que acuden diariamente a recibir el servicio educativo en nuestro estado y en nuestro país; ya que dentro de las diversas actividades formativas se obvia la  heterogeneidad entre el género, la clase social, el lugar de  procedencia de nuestros alumnos, las cosmovisiones, la cultura o a las capacidades físicas o intelectuales  de los educandos.

Es decir; resulta prioritario que se construya un aula o una escuela plural desde las prácticas cotidianas priorizando que:

a)      Las prácticas en el aula regular sean equitativas entre niños y niñas evitando la competencia y el  predominio de uno sobre  otro o impulsar la competencia de cualquier índole que denigre o estereotipe las capacidades entre uno y otro género, que favorece a prácticas violentas o discriminatoria entre niños  y niñas o viceversa, que contraviene hacia la confección de un clima de paz escolar.

b)      Los niños o niñas diagnosticados con capacidades diferentes posean desde  su integración a la educación de nivel básico contar con un diagnóstico clínico profesional y efectivo que junto con el docente logre verdaderamente la inclusión e integración al aula regular respaldado por un serio soporte interinstitucional que favorezca que el alumno(a) con problemas de toda índole reciba de cualquier institución el apoyo necesario tanto de manera física como de adaptación curricular para lograr aprendizajes o incluirse verdaderamente en una sociedad en una etapa futura, pero que desde un inicio ostente todo el apoyo y canalización efectiva.

c)       Los niños de diferentes culturas o lenguas procedentes de diversas etnias o grupos indígenas sean respetados íntegramente en sus cosmovisiones y rasgos culturales, donde el docente tenga la posibilidad desde una capacitación previa del dominio efectivo e integral de su lengua y entendimiento de su riqueza cultural y poder desde allí estructurar un efectivo trabajo áulico e institucional que posibilite el respeto y valoración de su cultura y tradiciones; pero que también lo impulse a construir las capacidades necesarias para poder adaptarse a una sociedad cambiante y moderna sin atentar contra sus raíces o predominando una invasión cultural, donde el docente es quien debe adaptarse a las necesidades del contexto mas no el contexto a sus cosmovisiones como hasta hoy predomina en las comunidades indígenas y donde se ha quedado a deber en la esencia profesional y ética del magisterio.

d)      Los niños con talento o con potencial sean diagnosticados oportunamente y sean canalizados a programas estatales o federales  que potencien sus capacidades que permitan mediante apoyos económicos e interinstitucionales para lograr destacar en los ámbitos artísticos, culturales, científicos o tecnológicos; ya que a la fecha muchos niños con talentos han quedado en el olvido debido al mal manejo de las escuelas regulares no logrando consolidar sus sueños de destacar en algún ámbito de participación o en poderse proyectar inhibidos por su desventaja económica o por la falta de seguimiento de parte de los programas estatales o federales enfocados hacia el fomento de las artes,  la ciencia o a la tecnología.


En consecuencia; si se busca una verdadera equidad e inclusión no solo es tarea de los educadores, sino del diseño de una política pública estatal y federal efectiva que prevea las múltiples aristas que engloban estos conceptos vitales para poder instrumentar programas, capacitaciones y destinar el  presupuesto necesario para poder lograr diseñar una nueva escuela que junto con sus actores requeridos consoliden esfuerzos necesarios para llenar los vacíos que esta aspiración ha dejado y se logre dar una verdadera equidad e inclusión en la gran mayoría los contextos escolares.




No hay comentarios:

Publicar un comentario